La ultraderecha en Europa

por Andrew

Hace 60 años  entró en vigencia el “Convenio Europeo de Derechos Humanos”, CEDH, instrumento internacional del cual participaron los Estados del viejo continente y en el cual hacían constar su compromiso para luchar a favor de las libertades fundamentales y que para hacerlas efectivas crearon un Tribunal permanente para el efecto.

gitanxsLa incorporación de derechos como a la vida, a la libertad y a la seguridad, al debido proceso, libertad de expresión, libertad de conciencia y religión, prohibición de la tortura, discriminación, esclavitud y trabajo forzoso fueron tomados por los Estados para aplicarlos en sus respectivos países a fin de consolidar los procesos democráticos en los que se encontraban para de esta manera garantizar un Estado de Derecho que sería el que impida nuevas guerras fratricidas y violación de los derechos de los seres humanos como lo ocurrido durante el régimen alemán nazi.

Luego de la caída del muro de Berlín y la posterior separación de la URSS, todos los países del Este que deseaban incorporarse a la Unión Europea, UE, debían formar parte del CEDH, pues era una forma mediante la cual los Estados respetaban los Derechos Humanos y en consecuencia mantendrían cierta armonía al contar con democracias consolidadas.

Pese a ello, el panorama actual refleja una situación distinta que se encuentra a punto de salirse de las manos de Bruselas que se preocupa más de la crisis económica que de los acontecimientos xenófobos y discriminatorios orquestados por los partidos de ultraderecha.

Uno de los casos más sonados fue el del Partido Aurora Dorada en Grecia, el cual aprovechándose de la crisis de los partidos tradicionales, a través de un discurso ultranacionalista que pide la expulsión de los migrantes de su territorio, alcanzó algunos escaños en el legislativo.

Situación que se repite en las calles de Budapest con el partido Joobik, el cual es la tercera fuerza en el parlamento y funda su política en la segregación de sus compatriotas gitanos que representan alrededor del 10% de la población, a quienes se les culpa de vagancia y de vivir de los subsidios del Estado. Por ello su propuesta es ingresarlos en campos de “reeducación” pues les acusan de estar involucrados en la mayor parte de delitos y de ser una comunidad que no puede integrarse.

Comportamientos similares se repiten en Francia, donde la extrema derecha liderada por Marine Le Pen persiguió y ultrajó a homosexuales por las calles de París durante el debate de la ley de matrimonio igualitario en la Asamblea. Y por si fuese poco, hace pocos días en España la delegada del gobierno en Cataluña homenajeó a los ex combatientes de la “División Azul”, tropas que combatieron junto a Hitler en contra de los rusos, lo cual ha causado indignación y repudio en el país.

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Imagen de diputado griego que golpea a colega durante una entrevista.

Lastimosamente no se tratan de actos aislados pues el escenario de falta de empleo, crisis económica y de valores es ideal para que la extrema derecha gane seguidores. Es tiempo ya que Europa reaccione y tome medidas ejemplares que garanticen el respeto y la protección de los derechos humanos, caso contrario la falta de actuación puede ser nefasta para el continente.

Twitter: @andresmartmos

Lo publiqué en Diario El Mercurio